08 octubre 2018

Exploraciones en Picos de Europa 2018: Sector Castil- Tortorios- Moñas- Urriello




Este pasado mes de Agosto he tenido el placer de poder explorar en el campamento situado en las laderas de Peña Castil, junto al grupo que lo organizaba comandados por nuestro buen amigo Zape. Creo que no necesita presentación en el mundo de la espeleo y tampoco es amigo de protagonismos, por lo que me ciño a los hechos…


Después de contactar con el grupo decidí acertadamente subir una semana al campamento, bien aconsejado por los mismos, y que coincidió en los días de novedades en la exploración. Es verdad que menos tiempo es escaso, así que pude disfrutar de dos entradas con mi compi Teio del Burnia, quien a pesar de andar averiado descendimos a casi -700 para instalar el vivac en la VA-1, acompañados por Gonzalo el valenciano. Curiosamente en la entrada siguiente se supo que después del vivac se encontraba un p200 que comunicaba con zonas conocidas. También descendimos en la segunda ocasión a la VA-5, una preciosa sima que te regala con otro pozo de 200 metros al poco de entrar, es habitual en Picos esta verticalidad. Algo más concreccionada que la VA-1 y curiosamente tiene algunas zonas en las que hay que ascender bastantes metros para continuar por la vía principal. Al final el río hace las delicias con zonas de meandros estrechos, pozos que terminan en marmitas y salas que se abren tras ellos. Es impresionante la salida de la VA-5 viendo el Urriello y Bulnes enfrente. Solo dos comentarios chicos (1- Que me matáis con las entradas de 20h, aunque me encanta ver amanecer tras salir de la torca. Y  2- Teio el té de roca entra muy bien, pero con algo que le de sabor entra mejor).


También las labores de preparar las comunicaciones se convierte en una diversión, si en el campamento no funciona pues habrá que bajar a una cueva a colocarlo, y desde allí pudimos hablar con nuestros compañeros en el vivac… aunque a Olga no le apetezca salir de allí que baje el siguiente grupo.

Disfruté en las simas, disfruté en los descansos en el campamento y de cada ratito en el que el grupo se aliaba para preparar las entradas y las tareas diarias, además de que la vida en la montaña a casi 2000 metros de altitud te hace estar alerta ante los cambios de tiempo repentinos o el sol implacable. Una zona increíble en la que los días pasan muy despacio para saborearlos entre un montón de chiflados como yo, la verdad es que gusta ver a un grupo tan unido y cada uno de su madre y de su padre, no faltan las risas, las historias al calor de la cocina, las sentadas al atardecer para compartir un poco jamón y vino, viendo la puesta de sol sobre un mar de nubes… hasta canguros teníamos.


Para los que todavía no me reconocen soy el que puso la caseta del perro nada más llegar, si... ese. En la cueva de hielo a las órdenes de Kasia que nos estaba haciendo unas fotos increíbles, pero es inevitable, no me puedo estar quieto, con Estibaliz de “partener” posando como auténticos modelos, estuvimos horas en esta cueva hasta que las manos se empezaban a quedar adormecidas y decidimos salir. Cuando se me acababan los días allí menos mal que Inma tenía el botiquín a mano para aliviar mis resecos ojos, aunque no se por qué extraña razón goteaban al despedirme. Un abrazo a tod@s chic@s.

Josean

PD- No se porqué extraña razón te encuentro en todos los sitios Dani jajjaja.







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