Martes 7 de diciembre de 2010, una mañana maja, Iván y yo nos dirigimos a Bustablado a explorar la mina adyacente a la “sima de los filos”. Antes de, paramos a tomar un café, y proseguimos la marcha. Llegamos a Bustablado, y antes de subir a la sima, quería hacer topo desde la torca al nuevo soplo para cotejarlo, pero el disto no funcionaba ¡¡¡¿’¡1’Ç?¿?’¡1!!!, (juramento en hebreo). Así que bajamos a verlo, y me quedé bien con la situación para verlo en la ortofoto.
Un rato después avanzábamos por el monte hacia la “sima de los filos”, donde llegamos a tiro hecho. Sacamos todo el material y comenzamos a instalar, teníamos que bajar un pozo de unos 6 metros y sortear hacia la derecha un pozo de agua que cubría dos caminos de mina, pero un tercero nos dejaba continuar, al llegar avanzamos unos metros y encontramos otro pozo, a la derecha y de frente parecía galería de cueva. Tras instalar Iván, comenzamos a bajar a una sala con coladas blancas, y una gran estalagmita blanca en mitad, también había una botella de cristal, y esto me recordó algo que comentó Luis. Tras ver una ventana en el suelo y la rampa, ya era evidente, pinchamos con la “sima de los filos” donde vimos la cuerda que dejamos instalada desde la otra entrada. Decidimos explorarlo a fondo, nos movimos como ratones sin encontrar nada interesante, todos los recovecos conectaban de nuevo entre sí, hubo uno de los huecos que me dejó entrar, pero no salir, y tuve que ponerme a picar para poder escapar de aquel zulo. El movimiento de aire estaba presente, salía de “pozo de los filos” y se filtraba por unas grietas impenetrables tras pasar por la estrechez.
Más tarde decidimos comer, ante mi sorpresa, se me había olvidado la comida en el coche ¡¡¡¡¡?¡34”·%$%%&%&/!!!!! (de nuevo, juramento en hebreo, para más contundente). Tras comer unas barritas, zumo, chocolate… que amablemente me cedió Iván, decidimos regresar a la superficie, dejando pendiente topografiar y desinstalar la cuerda de la otra entrada. Al salir, era todavía pronto, y decidimos dar un paseo por las dolinas cercanas, donde Iván encontró un agujero con un pozo de unos 15 metros que habrá que mirar.
Empezaba a hacerse de noche, y regresamos al coche. Al llegar lo primero que hice fue comer y comer, después fuimos al “Bar Romano” a tomar unos refrigerios con los lugareños.
Seguimos descartando cosas en los alrededores de Urbío…
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