Barranco Foz de Arangas, por Juan Carlos Alonso
Este pasado sábado, nos desplazábamos hasta Asturias, más concretamente a la localidad Cabraliega de Arangas, donde realizaríamos el descenso de su foz. Esta actividad de descenso de barranco, no estaba en principio incluida en la XXIV edición del curso de iniciación a la espeleología, pero se ofrecía la posibilidad a los cursillistas interesados de que descubrieran esta actividad.
Como viene siendo habitual quedamos en Puente San Miguel, para luego ir hasta Unquera a recoger los neoprenos que utilizarían los cursillistas. Una vez con el equipo completo en nuestras manos, nos dirigimos hasta Arenas de Cabrales, en donde nos encontraríamos con Gelu y Lolo (excursillistas y compañeros del 2009), Beatriz y Pablo Solares (presidente de la Federación Asturiana de Espeleología y autor del libro 40 Barrancos de Asturias). Unos cafetitos de rigor y ya para el Barranco. Como es necesaria la combinación de vehículos, nos cambiamos en la salida del barranco, bajo la atenta y extraña mirada de algún vecino del pueblo, con el que entablamos conversación. Una vez preparados subimos a la cabecera del barranco, y poco a poco vamos entrando en él.
Al principio el barranco decepciona un poco, y no puedes llegar a imaginar cómo se encaja más adelante, hasta el punto de juntarse las paredes y tener que pasar por debajo de ellas. Cuando llegamos al primer resalte, Gelu, Lolo y Pablo, son los que toman los mandos en todas las maniobras de cuerdas, dando seguridad y rapidez a la actividad (en total somos ni más ni menos que ¡15 barranquistas!). Uno tras otro vamos rapelando los distintos obstáculos, hasta salir a una zona abierta del barranco en donde nos tomamos un pequeño descanso y unos refrigerios. Poco después nos espera el plato fuerte del barranco, un rapel bolado de unos 12 metros con ducha incluida, en el que a más de uno soltó un grito de satisfacción o frio….
Unos rapeles mas y llegamos al final del barranco, aunque en un pequeño recodo del rio Pablo nos enseña una poza en donde podremos practicar y divertirnos con un salto de unos 7 u 8 metros. Con estos saltos damos por acabada la actividad de barrancos, aunque nos espera otra actividad muy importante: la comida.
Pablo nos lleva a restaurante en donde nos ponemos a reventar. Unos chupitos para bajar el cabrito y otras viandas y ya de vuelta a casa, con un buen sabor de boca.
Agredecer a Pablo, Gelu y Lolo todo el trabajo realizado en el barranco, guiándonos de forma magistral.
Os dejo una muestra de fotos de la actividad.
Tiene buena pinta el barranco.
ResponderEliminary no llovio.
ResponderEliminarhabrá que repetir.
Joer Sergio, guapísimas las fotos, qué envidia, lo bien que me lo hubiera pasado con vosotros.
ResponderEliminarUn saludo muy gordo y a ver si voy la semana que viene a veros.
Un abrazo.