21 junio 2011

Proyecto enlace 3º parte, Mejor sin caladuras

MEJOR SIN CALADURAS  por Manu AlCon
Exploración Torca Urbió 18-06-2011




Después de hacer varias incursiones por Sel de Haya y de prospectar con José Ángel de Duña, hemos retornado a Torca Urbío, hay que variar en las zonas de exploración porque si no uno se quema.  Entre los que exploramos no había mucha animación por ir a la zona  de este sistema para tratar de conectar con  Rescaño, debido a que hay que pasar  por una zona agaterada con agua, situación que no agrada a nadie. Total que finalmente nos juntamos  Pelos, Sergio y Manu... con resignación pero nos juntamos. A las 9:30 am estoy esperando en Mompía,  Pelos se retrasa por problemas con su luz, va donde Fonso para hacerse de una frontal (al final la del propio Fonso), Sergio y yo quedamos con él en Puente San Miguel.

Una vez en la torca, nos organizamos y repartimos el material, naturalmente surge la típica discusión de haber quien carga con más o con menos , de que si esto es mío o de que si esto es tuyo. Me surge un problema , por lo visto deshice mal el sistema de bloqueo de transporte que lleva mi frontal (Scurion) y se me bloqueó del todo. Ya me había pasado en una visita a la cueva del Gándara con Antonio y SuperMiguel.  Una situación bastante  enojosa para mí, pero bueno los compañeros traían frontales de sobra, no es lo mismo pero me apaño. Desconecté batería como me indicó Pelos, para que en algo de tiempo se fuera reseteando. Bajo el último y descendiendo más de la mitad de la galería Pireli, me encuentro que estos dos me llaman desde más atrás, cubiertos por la oscuridad me los pasé de largo, me estuvieron acechando cual lechuza a un roedor,  cuando yo suponía que ya habrían pasado la gatera Alfonsina y me estarían esperando en la "Sala de Estar", aún a distancia les pregunté por qué no era así, se hicieron los suecos y no insistí, cosas de espeleólogos juguetones.

Nos fuimos introduciendo en la galería que nos interesa perteneciente al Sector Pantano, bastante freática (barro por doquier), aunque el viento sur de fuera, debió de hacer efecto, el aspecto del barro era más sólido que húmedo,  eso nos motivaba ha creer que la zona encharcada no tendría tanta agua. La galería con un ancho de cuatro o cinco metros  a lo largo de ella se iba menguando en altura, hasta el punto de tener que arrastrarnos  o reptar como serpientes entre el barro (en un tramo de unos cincuenta metros) tirando de nuestras amigas las sacas de porteo y esperando llegar al punto fatídico donde nos teníamos que calar. Nuestra grata sorpresa fue encontrarnos con una inexistente charca, lo cual fue celebrado por Sergio sacándonos un par de fotos del dichoso paso donde nos encontrábamos, y de esta manera evitamos tener que desnudarnos y ponernos ropa seca, ya que esta actividad en mojado resulta de lo más incomoda (FRÍO).

Continuamos hasta la punta de exploración, con el puntazo de estar sequitos, apeamos las sacas,  allí la galería se desfonda. Sergio y Pelos se disponen a instalar un pasamanos, la ardua y dificultosa labor de realizar una instalación volada ante una roca cubierta de  una seria capa de barro , hace soltar por parte del instalador, la habitual serie de recordatorios divinos. Mientras  yo me ponía el mono interior, ya que uno quieto se queda como un carámbano, aproveché para conectar la frontal,  la cual ya iba bien, y de paso sumergirme en mi nube de humo creando un grato ambiente verde en la cavidad, que mis compis notaron enseguida.


La instalación del pasamanos se efectuó por una ventana paralela al desfonde principal que te deja en el mismo punto después descender unos 10 m. Lo primero se descendió hasta el nivel del río, comprobando que en ese punto el caudal no es muy grande, y por otro lado se pudo observar que la dirección del agua era la inversa a la que nosotros avanzábamos. Una hipótesis a esto puede ser un recorrido en forma de meandro sinuoso del cauce del río, y que justo en ese punto hace que el agua nos venga de frente en vez de bajar en la dirección que nosotros vamos. También podemos estar ante otro aporte nuevo de agua, del que todavía no conocemos su origen, lo que nos descuadraría en nuestra hipótesis inicial de como y hacia donde va el agua de los dos sumideros que tenemos en Bustablao, abriendo nuevas y más complejas dudas en la exploración. 


Tras comprobar que por el nivel freático no se podía continuar, debido a que había que avanzar por un laminador muy bajo  con agua por ambos lados, se buscó la opción de instalar un pasamanos a media altura que nos dejara en una rampa barrosa que ascendía hasta el nivel  de la galería inicial. Tras terminar de instalar el pasamanos, Sergio y Pelos pudieron encontrar un paso que de nuevo nos dejaba en la galería principal. 

Una vez pasada la dificultad del desfonde, la galería continua por un piso horizontal, la parte baja de la misma cubierta de una capa de barro color brillante caramelo tofe y la superior de un color gris-negro, un contraste bonito y curioso. La verdad es que nos da reparo dejar huella en lugares tan hermosos como éste, por ello procuramos andar siempre por la misma senda que se marca inicialmente y de esta manera dejar el lugar lo más intacto posible, para que el resto de los posibles visitantes lo observen como nosotros “virgen”. Que afortunados somos de tener una tierra con mar y montaña  repleta de cuevas, aúpa Cantabria. Así anduvimos topografiando esta sinuosa, cómoda y bonita galería (2.5 h) hasta que nos topamos  con unas marmitas llenas de agua, pasó mojándose Sergio y vio que la galería se prolongaba y continuaba con la misma tónica hasta otro paso con más agua. Esta vez el agua pasaba muy por encima de las rodillas.   Ya se nos hacía tarde y decidimos regresar. Volveremos y esta vez para mojarnos de fijo.

Las vueltas casi siempre se suelen hacer a un ritmo más rápido, debido a que todos queremos respirar un aire menos húmedo, quitarnos los bártulos y el barro de encima. Al final sin darnos cuenta más de 10 h. de exploración intensa que se notaban en las piernas de los tres.  Normalmente siempre nos están esperando en los bares de las localidades donde estamos unas rubias o unas dulces morenas acompañadas a veces de unas viandas, que satisfacen esa inevitable e imperiosa necesidad del hambre y la sed. 


Gracias Bustablao.

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