El trabajo de la semana me había absorbido la energía para meternos a hacer algo intenso en la cueva, así que propuse un plan alternativo. Al resto no les pareció nada mal, todo lo contrario. Teníamos pendiente desde hacía un año revisar la cueva “Ojo del Pilurgo”, que habíamos dejado a medias. Se encuentra en un pequeño poldje denominado Valle u Hoyo Pilurgo, cercano a la depresión de Udías y que vierte sus aguas en principio, al Río Suvia, a través de un eje perpendicular a la Cueva de Udías. A su vez existen una serie de cursos de agua superficiales, la mayoría del tiempo secos, que cruzan todo el valle. Estos riachuelos surgen entre bloques o pequeñas surgencias. También desde hacía tiempo teníamos ganas de meternos a la cueva de la Presa, en Novales a ver si éramos capaces de forzar algún paso, o podíamos encontrar alguna ventana colgada escalable.
No juntamos Josean, Luis, Pelos y yo en la Retama, y partimos hacia Udías donde preparamos todo el material, neoprenos y demás. El acceso se realiza a través de una rampa resbaladiza de unos 15 m, en el que hay que montar una cuerda, que da a una galería de medianas dimensiones por la que fluye un pequeño arroyo. Después de andar no más de 100 m, existe un paso inundado en el que hay que meterse hasta el cuello, continuando ya por el río hasta un punto en el que se sifona totalmente. Ascendiendo por una ventana, se cortocircuita este sifón y aparece una salita totalmente inundada con agua azul turquesa, donde por lo menos, cubre más de 5 m.
Josean y Luis hicieron la topo. Pelos y yo nos fuimos directos a la salita inundada donde al parecer había una ventana que escalandola se podía acceder a un mundo de maravillas terrenales, o eso creíamos. La realidad fue más triste. Después de nadar y meternos por todas las estrecheces que encontramos, subir a la única cosa parecida a una ventana, y de revisar una zona agaterada, nos dimos cuenta de un detalle. No había una continuación tan evidente, y probablemente, se encuentre bajo el sifón de la salita, con lo que hay que bucearlo, y para eso, de momento no estamos. También otra posibilidad está en una gatera paralela que habría que forzar, pero con el neopreno, mojados y demás se nos quitaron las ganas. Volveremos en verano a ver si baja el nivel del agua. Josean y Luis llegaron con la topo, y decidimos darnos la vuelta hacia la calle.
Salimos pronto, antes de comer, con lo que nos dimos una vuelta por el fondo del valle, remontando los riachuelos para localizar las surgencias. Encontramos un par de ellas poco prometedoras. Comimos debajo de un árbol, a la sombra, y seguido nos montamos en el TT camino de Novales, para hacer un reconocimiento de la Cueva de la Presa. Aunque era una de las ideas del día, lo de meterme en ese agua grisácea, que huele algo raro, no me atraía demasiado. Intenté desmotivar a mis compañeros con tácticas de disuasión. No funcionó. Incluso ya en la entrada de la propia cueva lloré e intenté escaquearme, pero nada, ellos querían nadar entre nitratos y nitritos.
Preparados para meternos al agua, primero me asomé yo y esperé, Pelos hizo lo mismo, también reculó, y Luis más de lo mismo, parece que no era el único qye reusába de esas aguas insalubres, pero la presión de grupo y Joseán que ni pestañeó cuando se tiró al agua nos hicieron desistir y meternos. Hay una tramo corto de menos de 5 m en el que hay que nadar, pero prácticamente después de esto se puede avanzar andando con el agua cubriendo hasta la cintura. A veces hasta el cuello, y a veces a la altura del tobillo. La cueva, quitando la dudosa calidad del agua, (captada por una ETAP, pocos metros más abajo de la surgencia, como agua potable para el pueblo de Novales y aledaños), es un con conducto freático, pulido por el agua muy llamativo y bonito. Llegamos al fondo de saco por donde aparece el agua y revisamos concienzudamente todo. Primero ascendimos por una colada, caos de bloques a revisar por la parte superior de este a ver que encontrábamos nada, ni pasos ni aire. Abajo Luis sí que estaba notando un buen chorro. Pelos se metió por las gateras entre los bloques, cuál ratilla buscando su madriguera, y encontró la zona por la que sopla el aire. Complejo y difícil para pasar, pero pasable con algún trabajillo de especialista.
La cueva de la Presa no había sido tan traumática como parecía en un primer momento. Salimos tranquilamente hacia la calle, nos cambiamos y fuimos a visitar en abrigo natural de la Cueva de las Aguas, antigua surgencia natural del Río Suvia, que se encuentra unos 40 m por encima de la actual. Como era pronto continuamos la ronda con una visita a diferentes bares de la zona. Primero Novales, luego Barcenaciones y finalmente Bustablao. Buen dia, divertido, y aunque hizo un sol radiante, para nosotros estuvo pasado por agua. Sarna con gusto no pica, o eso dicen.
La cueva de la Presa no había sido tan traumática como parecía en un primer momento. Salimos tranquilamente hacia la calle, nos cambiamos y fuimos a visitar en abrigo natural de la Cueva de las Aguas, antigua surgencia natural del Río Suvia, que se encuentra unos 40 m por encima de la actual. Como era pronto continuamos la ronda con una visita a diferentes bares de la zona. Primero Novales, luego Barcenaciones y finalmente Bustablao. Buen dia, divertido, y aunque hizo un sol radiante, para nosotros estuvo pasado por agua. Sarna con gusto no pica, o eso dicen.
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