11 enero 2012

Campaña de exploración 2011 (2ªparte), COCIDO Y COCIDA

Por Manuel Alonso Contreras

Amanecemos un viernes en la plaza parrillera de Bustablado, después de haber pasado el día anterior en Torca Urbío. Los compañeros (Luis y Pelos) se bajan al lupa de Cabezón, para tomarse un satisfactorio desayuno y proveernos de manduca, mientras yo me desperezo en la seminublada matinal que parece ir abriendo, desayuno, saludo y charloteo con algunos de los vecinos que se cruzan por ahí.

Tras la jornada de ayer, no apetece meterse otra palizuca cuevera . Así que regresados los compis, organizamos el material y decidimos ir a prospectar por encima de las casas de la mina (La Gandara), donde José Ángel de Duña, pastor del lugar y mejor conocedor de la zona, que altruistamente se prestó a enseñarnos, en su día, simas y dolinas con posibilidades de exploración, y al cual estamos agradecidos.
Mientras cogemos la pista con el Santana de Luis, vamos observando dolinas con cierto interés, pero esta vez vamos a un pozo minero, situado en parte superior a pistas, entre bloques rojizos, erosionados como rocas de mar, aunque menos agrestes. A la mitad del camino, ya vemos lo que nos indicó Jose Angel, que el pozo humea en épocas invernales, y llegando al mediodía todavía humeaba, nos sorprendió gratamente.

La cabecera del pozo es cuadrada (4x4m), rodeada por una valla de cable. Pelos instala dos anclajes externos al pozo, me enchufan la papeleta de instalar el resto.



Desbrozamos el paso y me introduzco, realizo fraccionamientos ubicando los anclajes de bajada en las rocas más prominentes hacia el interior del pozo, tratando de conseguir un descenso lo más volado posible, el perímetro a todo lo largo del pozo, resulta también cuadrado.(aprox.45m de altura)

Pelos desciende conmigo, y de paso me acerca una batería para el taladro, al final del pozo divisamos un par de galerías, yo me cuelo por la superior y él por la inferior. Es uno de esos momentos, cuando un espeleólogo se encuentra a merced de los caprichos de Eolo, y como perros de caza buscando una presa, seguimos el rastro de la corriente, en mi caso tuve que atravesar algunas galerías, medio naturales , medio mineras, hasta que di con el origen del aire, un inmenso pozo de más de 80m.
Regreso pensando que a lo mejor es algo interesante, pero me queda la duda, de si no habremos visitado este pozo en cotas inferiores, parece ser que sí, según me cuenta Pelos una vez arriba, había dado con las galerías que comunican con La Sixtina, habrá que confirmarlo entrando por Sel de Haya.


Y dando lumbre a una estaca, nos calentamos una lata de cocido de alubias con su debido compaño, nos quedamos un poco escuetos de cantidad , pero divinamente de sabor. Viendo el espectáculo paisajístico que teníamos delante y dando lumbre a otra estaca, nos surgió el planteamiento de : “Mira que si nos toca a alguno la cesta de navidad de Bustablado, mañana creo que no podríamos hacer espeleo”. (En mi caso fue un hecho).



Anocheciendo como estaba retornamos al campamento base (Bustablado), se nos junta Jara también del SCC, nos relajamos con unas cerves y nos dirigimos al bar Romano,

y da la casualidad de que al Pelos le toca la cesta de tres pisos. Jolgorio… y por Baco que dimos rienda suelta a la ingesta de alcohol, creo recordar que Pelos abrió todas las botellas de la cesta, la verdad es que no lo tengo claro, por mi falta de costumbre, terminé espatarrado en la alcoba de mi furgo, con una cocida impresionante.










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