12 febrero 2013

Exploración en Udías 09/02/2013: Pasitos olé

Lunes 4 de febrero, increíblemente después de salir de trabajar, limpié y organicé todos los enseres sucios del vivac que habíamos realizado en la Cueva de Udías el fin de semana anterior. Esto solo podía significar que quería más cueva y que  el vivac, a fin de cuentas , apenas    había cargado mi personal escala de saturación espeleológica. La última vez que esta escala tocó techo, fue a principios de año en una desobstrucción fallida con, un primer plato de  zona agaterada, incomoda, estrecha, un segundo plato de  agua y frío, mucho frío y de postre  varios bloques  con ganas de caerse justo a tu paso por debajo de ellos...estuvimos dentro de la cueva unas 4 horas, más que suficientes para no querer saber nada de espeleo en un mes. Una auténtica tortura,  que hace que te cuestiones   el por qué la deriva de la vida te ha llevado hasta esa situación tan jodidamente perturbadora.

Empece a tantear a mis compañeros a ver que intenciones tenían para el fin de semana. Uno que si compromisos carnavalescos, otros con pocas ganas de cueva, en fin que la salida tenía que ir por algo no muy complejo. De las conversaciones salieron dos participantes para salir a explorar, Marta  con mucho mono ya que hacía tiempo que no se metía en faena  y Manu, que después de comentarle la idea para el sábado le pareció interesante. La idea en cuestión era revisar y reconocer varias incógnitas de la Galería Sur de la Red Emmental de la Luna Llena. Ya metidos en viernes por la tarde  me acerqué por el club para abastecerme con algo de material.

El sábado abriendo el ojo a eso de las 8:30 miré el móvil y me encontré con este "wasap":

Pelos: Mañama boy (2:01 am)
Pelos: voy (2:01 am)                    


All main con  el carnaval y las chirigotas...


Una hora después, puntuales  nos juntábamos en Mompía: Pelos, Manu y yo. Seguido nos encontrábamos con Marta en Puente SM, y  de ahí la procesión de  siempre: llegar a Udías, entrar en la mina, 1ª rampa, galería de mina,  2ª rampa, galería de mina, escalerilla, cueva y Pozo Pastelero hasta la Red Emmental. Hacía por lo menos un año largo que no subía a esta zona de la cueva y poco a poco comencé a recordar cosas que ya empezaban a disolverse en mi cabeza. Fuimos a un ritmo alegre hasta el cruce con la galería del fondo de sima. Aquí nos paramos a revisar la topografía y confirmar el rumbo que deberíamos de seguir. Pasamos la Sala Espinosa  y avanzamos a lo largo de toda la Galería Sur observando diferentes posibilidades y galerías secundarias sin meternos en nada serio. Esta zona de la cavidad no difiere mucho de otras partes de la cueva que conocemos bien. Quitando las conexiones de esta red con la nivel epifreático de la Cueva del Rescaño, donde encontramos sobre todo barro, en general este nivel,  es un conducto meandriforme cubierto principalmente por arenas fósiles  y  abundancia de formaciones yesíferas de la familia de los sulfatos. Estas formaciones  tienen una génesis totalmente diferente a las formaciones calcáreas que podemos observar en la mayoría de las cuevas. Encontramos principalmente, yeso fibroso,   epsomita (flores de yeso) y  goslarita (en forma de costras y acumulaciones de pequeños cristales en los suelos). Es interesante comentar que la formación de estos sulfatos está relacionado con corrientes o acumulaciones de fluidos hidrotermales entre otros, al igual que los sulfuros de cinc  que se encuentran en la mineralización del paquete dolomítico de Udías.   Aproximadamente a mitad del recorrido de la Galería Sur,  la morfología cambia de nuevo. Seguimos por un conducto fósil  en forma de meandro, zonas de gours secos,  pequeños aportes de agua que caen de chimeneas y se filtran por pozos o sumideros,   formaciones y espeleotemas de calcita, desapareciendo en esta parte las formaciones de yeso. 


Dos horas después de comenzar la marcha llegamos a un punto en el que ponía "fin topo", pensábamos que debíamos estar cerca del Pozo Pastelozo, así que decidimos parar a comer, para luego   aprovechar al máximo  el tiempo.Serían aproximadamente la 1:30 pm. Comimos rápido unas "HAMBURGUESAS COMPLETAS", que Marta  había preparado (suena surrealista pero es así), y continuamos el camino contando que estaríamos cerca del pozo. Nos confundíamos, ese no era el último punto de topo y todavía quedaba un buen trecho hasta llegar al final, o mejor dicho, el final de la zona transitable. Primer obstáculo serio, la continuación se encontraba pasando un desfonde en oposición aparentemente delicado, que finalmente no fue para tanto. Después continuábamos unos metros caminando y nos encontramos con el segundo obstáculo serio, y este si que era serio. El meandro por el que transitábamos se desfondaba totalmente y había que avanzar en oposición unos 10-15 metros. El paso era muy delicado (olé olé)  con una caída importante. Apreté los dientes y pase el primero hasta llegar a una zona un poco más cómoda y segura, justo en un cruce con otra galería. Avisé para que el resto fueran pasando, y pasó Pelos. Manu y Marta no arriesgaron  y prefirieron esperarnos. Después de un buen rato sin sacar nada positivo en la galería secundaria, regresamos a la principal y  bajamos al fondo del meandro por donde proseguimos avanzando. Pronto nos encontramos otra bifurcación, en este caso la bajada al Pozo  Pastelozo. Estaba claro que era esa por varios parabolts que había instalados, el sonido del Río Suvia y el indiscutibles sonido de las piedras cayendo 50 m. Continuamos por el meandro y llegamos a una zona en la que las pisadas desaparecían, anduvimos unos 40 m. hasta que salimos a una zona en la que se apreciaban cascotes de roca (típicamente mineros), pocos metros más adelante madera, una azada,  escombros... estaba claro que se trataba de una galería natural utilizada como escombrera. Pelos escaló hacia un resalte por donde provenían los escombros a ver si se vislumbraba una salida hacia a la mina y nada, un sitio también delicado por lo amenazante de los bloques empotrados. Salimos topografiando con la desilusión de no haber podido conectar esa parte de la cueva con la mina  y decidimos instalar de nuevo la cabecera del Pozo Pastelozo, esta vez para revisar una ventana a la que se accedía montando un pasamanos en un meandro paralelo (donde se encontraba el propio pozo). Me puse a ello y llegando a la citada ventana, nada. Era una grieta aparentemente impenetrable. 



Ya se nos estaba haciendo tarde y sólo pensaba en la vuelta, sobre todo en los pasitos olé olé que nos esperaban hasta llegar a la  parte transitable de la Galería Sur. Cuando  estaba empezando a desinstalar toda la cuerda, Pelos sugirió el bajar a un suelo del meandro. Bajé primero, y seguido vino Pelos. En este momento Manu y Marta nos gritaron para decirnos que empezaban a salir. En un principio nosotros no tardaríamos mucho más en darnos la vuelta. Anduvimos unos 100 m. por el meandro hasta que de repente vimos madera, y... Coño!! eso no es una vía de tren!!??  Salimos como cohetes y ¡¡¡BINGO!!!, habíamos conectado con la mina  en un punto muy interesante para las siguientes salidas, por ahorro de tiempo y comodidad básicamente. No se si estábamos más contentos por encontrar una nueva conexión o por no tener que dar la vuelta por el mismo camino, con las  3 h. que todavía nos esperaban. Nuestros compañeros no tuvieron tanta suerte ya que cuando les quisimos avisar   habían tirado una "bomba de humo ninja", esfumándose por completo. 

Pelos se puso a modificar la instalación para que la subida fuese más cómoda mientras yo le esperé tirando alguna que otra foto. A las 7:30 de la tarde  estábamos en la calle. Nos cambiamos tranquilamente y nos fuimos al bar a pedir algo de beber para amenizar la espera y servir algo fresco a Manu y a Marta cuando salieran. A eso de las 9 vimos aparecer unas luces saliendo por Sel del Haya (la hora cuadraba desde que empezaron la marcha de regreso a eso de las 6 de la tarde), "ahí están: Esa peña!!!, Yehaaaa!!!" , pero  no respondieron. Cuando llegaron a nuestra altura nos dimos cuenta que eran dos chicos que no conocíamos. Charlamos un rato con ellos y nos contaron que solían entrar a la cueva, que la conocía... al poco siguieron su rumbo. En este momento comenzó ese estado de incertidumbre que surge, aunque no quieras, fruto de una preocupación absurda, pero real  , al darte cuenta que un compañero que debería haber salido ya de la cueva no lo ha hecho aún. A las 9:30 nos metimos en la mina a ver si nos encontrábamos con ellos (vestidos de calle y en playeras)  y nada. Decidimos muy a nuestro pesar volver a cambiarnos y entrar de nuevo a buscarles.

A las 10:30 volábamos por las galerías de la mina esperando el encuentro. Mi preocupación iba in crescendo, y la hipótesis por la que más apostaba era un extravío  en alguna zona de la Red Enmental. Me veía otra vez en la punta de exploración y saliendo de la cueva a las 2 o las 3 de la madrugada.  Llegamos de nuevo al Pozo Pastelero y nos pusimos los aparatos. Estaba dando un trago de agua cuando vi una luz asomando por la galería...ahí están!!, bufff suspiro y abrazos. Les contamos toda la odisea al igual que ellos la suya mientras salíamos por las rampas, y les enseñamos el hito con la nota que deberían haber visto avisando que ya estábamos fuera. Finalmente el retraso vino por un cúmulo de mal entendidos, ellos querían esperarnos, nosotros pensábamos que no nos esperarían... en fin, nada nuevo. Pasadas las 11:30 salíamos de nuevo a la calle, nos cambiamos, comentamos el día y cada uno  se sumergió en sus  respectivas vidas.


1 comentario:

  1. ¡Enhorabuena maquinas! Unos días toca sufrir y otros, como este, disfrutar.

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