Los avatares quisieron que fuera así, y así fue, quizás fuimos nosotros o fueron ellos, ¿a quién le importa?, a mi no, desde luego... Pero los avatares, las casualidades y causalidades que, aunque conceptos diferentes siempre están ligados y liados en las creencias de cada uno, hicieron que estuviéramos ahí en ese momento, cada uno en su lugar... ¿Podría haber sido de otra forma, o por el contrario tenía que ser así como si escrito estuviera?
Quedamos varios ese día, Manu,
Luis, Joserra, Raquel, Jorde y yo si mal no recuerdo, íbamos a la zona de
cobijón a hacer poca cosa, recoger todo el vivac, y acabar de instalar unas
cuerdas para hacer travesía. Pasamos por el cañón del suvia hasta llegar a la
gran sala, y tras recorrer la galería del vivac llegamos al sitio donde
teníamos que instalar. De ello se encargó Joserra, antiguamente (y digo
antiguamente porque fue hace 30 años), la SESS instaló un par de cuerdas por
las que se bajaba o subía a esta zona, pero decidimos hacerlo en un solo tramo
y con una instalación más nueva. Mientras, movido por la curiosidad y la
inquietud, me deslizo entre dos bloques y accedo a una cornisa del final de la
G.del vivac, que desemboca en una zona de 50m de altura y 30 o 40 de ancho
hasta el río. Desde aquí tengo una vista perfecta de todo el conducto, y
empiezo a mirar por todas las paredes y techos, y aun habiendo dedicado algunos
ratos en otras ocasiones a ojear esta zona, este nuevo ángulo me dio la
perspectiva correcta para alcanzar a ver un “negro” en el techo que
profundizaba y del techo parecían colgar algunas estalactitas grandes… Es una buena pero a la vez mala noticia, ya
que llevamos mucho tiempo en esta zona y ya habíamos mirado hasta el último
recoveco y queríamos cambiar de zona de la cueva, ya que se nos abren nuevas
posibilidades. Así que lo comento y la respuesta es más o menos la que esperaba
y la que hubiera dado yo;
-
¿Pero no nos íbamos ya de este sector?
Entonces, en esta tesitura ideé un plan. Les dije que nos
llevábamos todo, y que ya vendría un día entre semana con Sergio de una
escapada. Ahora el problema era convencer a Sergio para venir a esta zona a
hacer una escalada de nosecuantos metros para
mirar un agujero negro que había visto en un techo del que parece que
cuelgan unas estalactitas…
Sergio y yo estuvimos bastante tiempo mirando cosas por
aquí, por lo que estamos ya un poco cansados del sector, él ya no sale tan a
menudo, me iba a costar convencerle para volver a esta zona para resolver mis
designios, no es la primera vez que veo un agujero negro y cuando llegamos solo es una pequeña oquedad, además la última
vez salió escarmentado, hizo una escalada y bajó de barro que pensé que me lo
habían cambiado por otra persona… Pff flipas…
Tenía que vendérselo muy bien, de hecho esta vez estaba
convencido de que era una galería, dediqué un buen tiempo a mirar desde varios
sitios y se ven unos cuantos metros hacia adentro. Bueno, estaba pensando en
alto lo que le iba a contar…
-
Serch, te necesito.
Sergio con esa sonrisa de “ya me lo sé”.
-
A ver, qué me vas a contar…
Pelos cauto e intentando mantener la seriedad.
-
El otro día estuvimos allí.. y me asomé a una
cornisa y por encima vi una ventana con muchas posibilidades, solo es una escaladuca
de 10 metros en roca high quality (esto último era mentira), y mira, podemos
hacer una cosa, nos acercamos en un rato, lo miras desde donde lo vi yo y si te
convence le damos, y si no pista.
Esto último debió de ser convincente, y allí nos plantamos el
jueves 11 de septiembre a las 9:00. Pasamos el pasamanos de cobijón, cañón del
suvia, gran sala, galería del vivac y fuimos por la cornisa, subimos entre
bloques y allí estaba, joder, esque estaba a huevo, solo un tonto no habría
subido después de verlo, y Sergio no es tonto, se rindió sutilmente a lo
evidente.
10 segundos después estábamos escalando, por supuesto que
después de la embarrada que se agarró la última vez le dio un poco de reparo
tirar de primero, así que me tocó. Fui
ascendiendo poco a poco en artificial y apenas a 6 metros ya empezaba a
complicarse, coladas cubrían la roca, así que me tomé mi tiempo para encontrar
el sitio correcto para meter los anclajes, algún desvío brusco de trayectoria y
tras unos 15 metros monté reunión y bajé a mear, comer y beber mientras serch
recuperaba material. Al rato continué y empezaba a llegar al techo, y empezaba
a quedarme sin material, abajo quedaba cada vez menos cuerda y empecé a
gitanear con el material hasta montar reunión, en este punto una columna me
impedía ver si había galería, aunque el techo delataba que algo había. Teníamos
que montar un pequeño pasamanos para llegar a poner los pies en la galería,
pero no teníamos más material… pensamos en apañar la cuerda de ascenso, ponerla
y luego quitarla y volverla a poner para bajar, pero el tiempo se nos había
echado encima y teníamos compromiso fuera…
Así que toda la semana a darle al coco, riqui riqui….
El jueves a las 12:00 estábamos entrando con equipo de topo
en mano, subimos y montamos un pasamanos volando con naturales y allí estaba la
galería, que al poco pasó a ser galerión, la zona más ancha tiene 50m con un
gran caos de bloques en mitad que casi llega hasta el techo, decidimos avanzar
hasta el final y topografiar a la vuelta, fuimos hasta el final que lo marca un
derrumbe colmatado de barro sin ninguna posibilidad de continuación, aunque ha
formado una bonita sala que da nombre a la galería “Avatar”, ¿sabes por qué?
Vas y lo ves. J
Volvimos topografiando como habíamos pactado, entre 200 y
300 metros. Dejamos la saca y convenzo a Sergio para darle un repaso a fondo a
toda la galería. Miramos todas las posibilidades dejando pendiente una ventana
y una chimenea de 30 con un agujero negro que no da el disto. Probablemente una
sima, pero eso ya será otro día.
Comimos nuestras lembas mientras charlábamos bajo la romántica
sombra de la cueva, y al poco fuimos saliendo poco a poco…
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