ABANDONO Manu Alonso 29-XI-14
Pasado el ecuador en la estación de las
cosechas, quedamos para explorar Marta, Josean, Pelos y yo. Aparcamos en Sel de
Haya y nos introdujimos hacia el fondo del sistema rumbo noreste. Ya estuvimos dos días para alcanzar una
galería colgada, ahora íbamos a visitarla y a instalar un pasamanos por una
colada para acceder a otra posible galería paralela.
Mientras Josean y Pelos subían el pozo e
instalaban, Marta y yo nos dedicamos a hacer una serie de fotos, en los gours y
formaciones que hay en esa parte de la cavidad. Se encuentra todo pisoteado y
marcado por inconscientes visitantes,
incluso en las coladas aparecen pintadas direccionales, en una galería de unos
cien metros que apenas ofrece desvíos.
Posteriormente ascendimos a la galería
colgada. Nos muestra una gran belleza con diversos espeleotemas, estos
materiales no solo tienen una importancia paisajística, también encierran
información sobre el pasado geológico y climatológico de los lugares donde se
hayan. Pelos y yo ya habíamos marcado una senda inicial y nos dedicamos a
seguir las huellas. Josean y Marta se recrearon haciendo fotos. Pelos regresaba
recogiendo el pasamanos, el otro lado no merecía la pena.
Nos pusimos los dos a instalar una ventana a
corta altura, una vez que estoy en ella, me encuentro con una estrecha galería
que a tramos está desfondada y que sencillamente va a lo largo de la galería
inferior. Comprobado esto, paramos un ratuco para comer.
Dado que esta galería, de unos cuarenta
metros, no nos ofrecía posibilidad
alguna de continuación y encontrándose nuestro club con una gran falta de
material,decidimos desinstalarlo todo, para poder seguir explorando en otro
sector. Supongo que muchos no se plantearían dejar abandonada una galería de
esta calidad fósil, sin embargo serían pocos los que se plantearían invertir
varios días de labor para llegar a ella.
Mientras los demás se llevan parte del
material para aclararlo debajo de un chorro de agua, me dedico a desinstalar,
en el último fraccionamiento tengo la duda de no encontrar los orificios para
los roscapiedras, tenía que cambiar las chapas de aluminio por las de hierro.
Pelos apareció y me oriento sobre la ubicación. Una vez descendida la pared,
recogimos las cuerdas y las aclaramos del barro que había en dicha pared.
Proseguimos por una gatera que aparentemente
hay al final del sistema. Descendimos un
pocito de cuatro metros con cascadita incluida, lo que nos dio pie a echar
unas risas viendo quién se mojaba más al bajar y al subir.
La cavidad volvía a ensancharse, el suelo
escombrado, paredes y techo negros como el azabache. De donde veníamos surgía
un aporte de agua limpia, que se juntaba más adelante con el río Subia. Josean
se asomó a otear una ventana. Pelos y Marta anduvieron por el río, hasta que
hacía falta el neopreno. Revisado esto, nos regresamos. Y después de más de once horas colorín
colorado esto se ha acabado.
Manu Alonso.
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