(Esa secreta amante que
te da momentos memorables y otros no tanto. Escondida entre las sombras esperas
a que te haga un guiño, para hacer más llevadero aun si cabe nuestro camino.
Muchos la buscamos, adictos de su belleza y presos de su indiferencia.
Planeamos y estudiamos sus desvíos, sus medidas y aun así a veces nos
encontramos perdidos)
Conocimos a Elena en
una de nuestras quedadas para estudiar la fauna subterránea y hacer fotos con
buenos profesionales. Con solo cruzar cuatro palabras pude ver que era tan
adicta como nosotros a esta complicada afición. Al despedirse la invitamos para
hacer la travesía Seldelhaya-Cobijón y en poco tiempo tuvimos noticias de ella,
organizando con su grupo, el GER de Aranda de Duero (Burgos), la citada
travesía. Por problemas meteorológicos se nos chafó el plan, pues con las
abundantes lluvias el río estaba muy crecido haciendo imposible la ruta
programada. Como algunos de mi grupo iban a explorar les invitamos a que se
unieran a nosotros. De primeras no les puse muy bajo el listón que digamos,
jeje, porque estaba claro que la jornada iba a ser dura y quise prevenirles.
Antes de entrar en
faena enseñamos a nuestros invitados el Salar y los pasos que tenemos
instalados hasta la base de la sima Tobes. Desde ahí se divisa una gran galería
desfondada, tras la cual vemos un posible paso al mismo pozo que ya visitamos
antes. Desfondes, pasamanos, pozos, es una zona bastante caótica. Nos separamos
en dos grupos, uno para instalar un pasamanos en el gran pozo de la colada y el
otro para cambiar chapas y mallones de la cuerda que asciende desde La Piqueta.
Del primero se ocupan Pelos y Pedro que sin pensarlo un segundo se dirigen
hasta el pozo, y para Elena y para mi la otra tarea, cuando veo que ella se
para a mirar una gatera cercana con un
pequeño ascenso. Le digo, “vamos, entra a mirar, no te cortes”. Y de primeras
tímidamente va entrando a explorar lo que parecía que no tendría gran interés.
Pero me sorprendió, por un lado mi acompañante que una vez dentro no había
quien la siguiera, y por otro el laberintico recorrido de este estrecho
conducto. Por desgracia no llevamos el equipo de topo y decidimos dejar el
Laberinto de Elena para otra. Ahí no terminó la exploración de conductos
freáticos y revisamos alguno más con promesas de volver a topografiarlos.
Fuimos a buscar a los demás, y al llegar vemos que ya está Pelos bajando el
pozo, y como ya son las 3 de la tarde paramos a comer para reponer fuerzas. Como
nos quedábamos sin tiempo decidimos volver a la tarea asignada y me lie a
desmontar los fraccionamientos para sustituir los mosquetones por mallones y
nuevas chapas, mientras Elena hace fotos del lugar. No tardamos ni media hora y al asomarnos vemos
que Pelos ya está prácticamente sobre un balcón al otro lado de la colada,
aprovechando una cornisa y varios naturales ha montado un pasamanos de 30 metros con tan solo 7 parabolt, ¡que makina!!
El pasamanos nos
conduce a una sala con grandes bloques entre los cuales recorremos sus
dimensiones. Encontramos varias continuaciones fuera de esta sala, una se
dirige a un pozo y la otra que parece más interesante es una galería
desfondada, con las mismas trazas de galerías ya exploradas cerca de allí. Eso
nos hace sospechar. Como nos estábamos quedando sin material tenemos que dejar
la exploración, pero a la vez que lo hacíamos aprovechamos a tirar los puntos
de topo. De mientras nuestros compañeros del GER hacen fotos del lugar,
ayudándonos a recabar el material suficiente para nuestros estudios.
Debemos volver, sabemos
que la caminata es larga y no podemos retrasarla mucho más. El regreso se hace
ameno pues llevamos buenas sensaciones de este día. Ya en la galería de La Piqueta
decido adelantarme para muestrear el pozo de Peñamonteros, a una media hora de
allí. Encuentro lo que busco, así que salgo al encuentro de los demás en el
ramal principal de la cueva. Una vez reunidos solo nos separan de la salida las
insufribles rampas de la mina que tan difíciles se hacen con tantas horas sobre
nuestras espaldas. Al salir algo de lluvia nos acompaña, pero salimos contentos
y no nos importa.
Como siempre en
nuestras exploraciones es una parte fundamental, después de cambiarnos, el
tomarnos un buen calimocho y una buena cena que mitiguen la fatiga. Acompañado
de una animada charla con nuestros compañeros a los que agradecemos la ayuda
prestada, y a los que esperamos volver a ver. Gracias chicos.
Josean
No hay comentarios:
Publicar un comentario