19-20-21-AGOSTO-2016 SIMA LLANA DE LA LEN (VIVAC).
Empezamos nuestra andadura en un nuevo sistema con muy buenos
pronósticos, en todos los sentidos. Tanto a nivel de exploración, ya que compartimos la zona con un club nuevo
pero con integrantes de mucha experiencia, como a nivel geológico en el que
esta zona tiene un potencial enorme. Pero lo que nos ocupa en este artículo es
el muestreo e investigación biológica, que tan buenos resultados nos está
dando. Aún sin cerrar la investigación en Udías comenzamos aquí con
expectación, ya que los pocos escritos sobre la fauna subterránea de esta zona
dan muestra de una biodiversidad troglobia diferente de las que estamos
acostumbrados.
Es mi primer vivac y antes de
entrar se me plantean muchas dudas. Aunque conozco la Sima hasta el último pozo
de acceso al sistema nunca he tenido que pensar en la comida de tantos días, en
el saco de dormir apropiado, en muchos detalles que se aprenden sobre la
marcha. Así que tengo claro que a pesar de prepararlo mucho habrá cosas que se
me olviden, y seguro que llevaré cosas inútiles para hacer más pesada aún mi
pobre saca. ¿No se me podía haber ocurrido hacer un vivac antes en plan
excursión del cole? Menos mal que a mis años las vivencias me servirán para
algo y no es el primer petate que hago.
Entramos en la Sima hacia las 9 de la mañana y como suponía mi carga es
muy pesada. Un descenso complicado con pozos que superan los 100 metros, uno de
ellos de 150 metros, gateras estrechas y complicadas, meandros desfondados
interminables y alguno con un buen goteo. Una maravilla de la naturaleza, la
pista americana perfecta, que quebranta nuestras fuerzas rápidamente, pero
entramos frescos y no se nos hace tan duro. El descenso nos llevará hasta el
vivac a -500 metros de profundidad. Estamos en la base del pozo de 150 metros
con un goteo incesante, un eco que muestra el volumen de la base y una humedad
que cala los huesos. Pero este será nuestro hogar por unos días, más vale
acostumbrarse.
Dejamos el material en el vivac para portear solo lo imprescindible para
una jornada de exploración, no sin antes sentarnos a comer nuestra primera
ración del día a una hora prudencial. Nos dirigimos hacia el sector del Río
Arán, descubierto semanas antes, pasando en el camino por el Reino de Poseidón.
Esta impresionante galería con un tamaño descomunal que tiene anchuras en
algunas zonas de 100 metros y que se sitúa como eje principal de este nuevo
sistema. Caminando a través de ella nos salimos por una pequeña galería
transversal que nos llevará a la zona en cuestión. El camino desde el vivac es
de unas 3 horas, por lo que el día se nos va a hacer eterno. Ya en la zona de
exploración nos dividimos las tareas, unos topografiando y otros instalando los
pasos por el meandro del río. Hasta que nos encontramos con un pozo en el que
el río cae en cascada. Es más grande de lo que esperábamos a esa profundidad y
nos quedamos sin cuerda a medio pozo. En la parte superior ya hemos alcanzado
los -550 metros de profundidad, así que sobrepasaremos los -600 rápidamente. Ya
son las ocho de la tarde y decidimos descansar y merendar algo en el meandro
del río. Nos volvemos para el vivac y cuando llegamos nos damos cuenta que la
jornada desde que entramos a la sima se ha prolongado ya 16 horas, por hoy nos
merecemos un descanso.
Por la noche después de hidratarnos y cenar un buen plato de garbanzos
calientes preparamos los sacos de dormir y algunos se echan al catre, mientras
otros tenemos que reparar nuestro material machacado por el intenso día. En mi
caso he tenido que recoser mi saca desfondada con cordino. Menos mal que a la
mañana siguiente podemos dormir un poco más. Es sábado y el día se presenta más tranquilo, quedamos
tres ya que Fredo sale hoy de la Sima por sus quehaceres. Vamos a explorar la
galería de paso al Reino de Poseidón, topografiando e instalando todos los
pozos y escaladas que nos encontramos por el camino. Es curioso ver el color
blanquecino de toda esta zona, muy arenosa y con zonas concrecionadas y
fósiles. Después de unas 8 horas hemos pegado un buen repaso a toda la zona y
decidimos volver al vivac. Esta será la última noche y nos lo tomamos con
tranquilidad, charlando animadamente y reponiendo fuerzas.
A la mañana siguiente recogemos el material y nos preparamos a salir de
la sima. Pelos me pregunta, ¿Estás bien?... Pues sí, la verdad es que he estado
silencioso todo el vivac, pero la experiencia ha sido enriquecedora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario