27 diciembre 2010

Exploración en Cueva del Rescaño 24-12-2010

El día de noche buena es uno de esos días "raros" por así decirlo, en los que si se tiene libre, la gente  suele quedar para tomar algo con los amigo, visitas a la family..., pero yo desde hace varios años suelo salir a la montaña. Los tres últimos  habia subido con varios amigos a Porra Colina, Monte Endino, y a la zona de Ucieda. Este año el tiempo no me acompañó y la lluvia chafó mis planes. Llamé a Pelos el jueves para proponerle ir de espeleo a donde fuera, y tras una breve conversación decidimos ir a Udías y ya pensaríamos que hacer de las tantas cosas que tenemos en cartera. Pelos tenía ganas de llegar a la Sala Irala del Rescaño, pero quedó en el aire. Todavía tenía latente el golpe de la piedra en la cara y los 13 puntos de regalo que me ha dejado  desobstruyendo en Bustablado, pero las ganas de espeleo y de explorar eran más fuertes. Una simple "brechita" no me va dejar lastrado en el sofá.  

Quedamos pronto en casa de mi abuela, en Mompía, donde pude ponerme las pilas con un buen puchero de sopas de las que sólo una abuela sabe hacer. Pelos por su parte se tomó un buen café.  A la 10 estábamos de camino a Udías. En Sell del Haya nos esperaba una buena capa de granizo tapizando toda la zona, el frio se pegaba al cuerpo y el proceso de cambiarnos de indumentaria fue un poco tortuoso.

Entrando por la boca mina,  el acceso  estaba inundado como es normal en invierno (si no es por la cantidad de piedras que hemos ido poniendo en el camino a lo largo del último año, el agua nos llega hasta las rodillas). Ya dentro la temperatura fue ascendiendo y con la actividad de ir andando, rápido nos pusimos a tono y en funcionamiento. Nos sorprendió la cantidad de agua que surgía de grietas, chimeneas y  surgencias... cosa que habíamos visto pocas veces, lo que nos indico que el sistema estaba en proceso de carga. Cuando pasamos la segunda rampa miramos unas zonas de cueva natural o soplaos que se encuentran a izquierda y derecha en una diaclasa muy grande, así como unas chimeneas colgadas que pensamos escalar de aquí a no mucho tiempo. Pasando la escalera nos dirigimos hacia el "Gran Cañón" con la intención de llegar a la "Sala Irala" . 


Esta parde de Rescaño es la más volumétrica y con mayores dimensiones de todo el sistema conocido hasta el momento. En primavera nos hemos escapado algún día a instalar y preparar una escalada en una zona casi inexplorada de este sector de la cueva y que tiene mucho potencial (tercer nivel del Rescaño). Pasando esta parte  nos detuvimos mirando varias chimeneas y balcones colgados que han pasado desapercibidos cuando se exploró la cavidad en los años 70 y en la actualidad aun están por mirar, cosa de la que nos iremos encargando a lo largo del próximo año. 

La Sala Irala comenzó a llamarme la atención hace 6 meses, cuando explorando en T. Urbió el "Sector Pantano" nos dimos cuenta que el pequeño torrente de agua que discurre por la galería, toma dirección  SE- NO  hacia esta sala, pasando justo por debajo del pozo de la medusas (-115 m) en la Mina del Angel.  Ramon Boigas, unos de los exploradores de la cueva perteneciente a las S.E.S.S. y que nos ha pasado el testigo de la exploración del sistema,  nos explico a principios de año que de lo alto de esta sala cae una pequeña cascada de agua, siendo este agua uno de los primeros aportes hídricos en el sistema Rescaño (segundo aporte). La sala tiene unas dimensiones de unos 70 m de diámetro, y unos 35 m de altura, a la que sólo se ha accedido una vez, por lo que una nueva revisión  puede darnos una grata sorpresa. Creemos a falta de colorar el agua, que este aporte  viene del  riachuelo que se sume en el SB1 de Bustablado. 

Tras pasar el gran gour en una zona en la que el río va encañonado (conocíamos hasta esta zona) pasamos al otro lado y continuamos con la marcha. Esta parte está menos transitada que la anterior, también de grandes dimensiones,  se avanza junto al río unos 4 m por encima de este. Hay que ir cruzando de un lado a otro del torrente para poder progresar por la cavidad. El río bajaba muy carcado de agua, y con mucha fuerza lo que nos impedía  pasar por el agua. En este momento nos dimos cuenta que nos iba a ser imposible llegar a la sala, porque según teníamos entendido había que meterse al agua y andar por el propio río un rato hasta acceder a la galería que nos lleva a la Sala Irala.  Pudimos avanzar unos metros más, destrepando y trepando algunas zonas, pero llegamos a un punto en el que el río nos cortaba el paso y sin bote era imposible cruzar. Revisamos todo este sector y localizamos más balcones y chimeneas interesantes, que habrá que ir mirando cuando podamos. En esta parte de la cavidad hay zona de gours muy bonita  y que merece la pena visitar. La verdad que cada vez que andamos en  esta parte de la cueva nos gusta más, las galerías son muy volumétricas y no tienen nada que envidiar a las de las cuevas del Asón. El mayor problema es que el agua del río no es la más limpia y pura que nos podemos esperar.  Compartimos comida junto al río, y emprendimos la vuelta. 

En el regreso continuamos revisando zonas interesantes para nuestra exploración, y llegamos trepando por una rampa ( aparentemente de un derrumbe) a otra zona alta de la cavidad donde nos encontramos más balcones colgados, con  coladas concrecionadas muy llamativas. Nos apuntamos otra escalada pendiente y fuimos poco a poco regresando hacia la salida. En las rampas realizamos la mítica carrera a ver quien llega antes arriba. Esta vez Pelos me ganó pero en la siguiente me creo que no pase lo mismo. 

Ya en la calle  comí el tarro a Pelos para ir a Novales a visitar la Cueva de la Presa y que de paso conociera la zona. Como era de esperar el volumen de agua que salía por la cueva era muy grande, y el nivel había subido unos 2 metros desde la anterior visita.

Cansados ya,  regresamos a casa con una buena sensación en el cuerpo y cada día  más motivados con la exploración. 

Este año que entra se plantea con mucho trabajo por delante... 

Feliz año a todos.

25 diciembre 2010

Bustablado 18 de diciembre de 2010. Cava, cava, cava tercera parte..

Viernes 17 de diciembre, después de la asamblea de fin de año y de los vinos de la paz, Qra, Sergio y yo fuimos a “cenar” (si a comer galletas de chocolate se le puede llamar cenar…), y a dormir a Bustablado, a eso de la 1:00, montamos guateque en la furgo de Sergio con guitarra, canciones varias, galletas de chocolate, cervezas y ambiente verde rebelde, mientras Sergio y yo tocábamos y cantábamos, Qra miraba hasta que entró en sinergia con todo su alrededor y se arrancó con una de loquillo… de ahí hasta las 4 o 5 de la mañana (no se sabe a ciencia cierta), sucedieron una buena tirada de canciones, cervezas y galletas de chocolate, creando en nuestras cabezas un grato recuerdo…
10:30 de la mañana, Jose Miguel tocaba campana y despertábamos lenta, muy lentamente con ansia de café. Fuimos al bar pero estaba cerrado, así que hicimos café, juntamos más galletas, pan y otros y desayunamos (también lentamente). A eso de las 12:00 o quizás más tarde, nos dirigíamos a la pared para seguir con los trabajos de desobstrucción, por allí andaba Antonio (Bustablado) con el que me paré un rato a charlar, de paso me di una pequeña vuelta por los alrededores encontrando un pozo de unos 10 metros, al rato me unía con los demás comentándoselo. Llegaron Inés y Manu añadiendo más manos de obra lo cual era de agradecer. Tras seguir sacando piedras durante un buen rato y turnándonos a ratos, el gusanillo de ese pozo que les comenté les picó, y fuimos a echarle un ojo, instalamos la bajada, y Qra bajó a explorarlo, el aire salía, pero no avanzó más de 15 metros por la grieta, el aire se filtraría entre las piedras del suelo quizás, así que volvimos de nuevo a currar. Más tarde llegaban Fonso, Ali, Carlos y Belén para darnos el relevo. Mientras, Manu iba a hacernos la comida a las furgos que estaban en el parking, a eso de las 4 bajábamos Qra, Sergio y yo a comer, pero Manu no estaba, así que fuimos al “Bar Romano”, donde tampoco creíamos que estaba, al preguntar por él, ¡estaba en la cocina del bar haciéndonos la comida!, “pero como nos miman en Bustablado..”. Al rato, comíamos dos platos de macarrones con muchas cosas, vino con gaseosa, postre y café, que maravilla. Después de la tripada, nos disponíamos a subir pero tuvimos que arrancar la furgo de Sergio que se quedó sin batería arrastrándola por una cuesta y dejándola caer.
Llegamos a la pared, y los trabajos habían avanzado bastante, Ali estaba hiperactiva. Poco a poco fuimos finalizando los trabajos, ya solo nos quedaba sacar una última piedra, instalamos el tinglado, y cuando íbamos a sacarla, la piedra se rompió y saltó un trozo de la piedra con el anclaje hacia la barbilla de Sergio (la cual es muy propensa a recibir golpes y puntos de sutura), finalizando los trabajos del día con un par de metros de avance, ensanchamiento y trece puntos.
Los trabajos se continuarán a principios de año realizando una pequeña entibación para evitar los desprendimientos de tierra y piedras presentes en los primeros 2 metros, y poder continuar de forma segura el avance hacia la exploración.
Unas fotos por cortesía de Jose Miguel.

12 diciembre 2010

Bustablado 11 de diciembre de 2010. 2º día de desobstrucción Cava, cava, cava...

Viernes 10 de diciembre, llego al club con la intención de hacer un buen batallón de guerreros celtas para continuar la desobstrucción en la pared de SB1, ante mi asombro, me encuentro solo ante el peligro, unos no están, otros no pueden, blablá, pero convencí a Fonso para que fuera a las 14:00, hora a la que él salía de trabajar… ole. Tras hacer una ronda de llamadas, Antonio quizás se apuntaba, Ali en Alemania, Carlos currando de tarde etc. Pero encontré un par de guerreros celtas que me ayudarán en la hazaña, Logan y Gorka, amantes de las curiosidades cavernosas, no practicantes habituales, y que bajo la bandera “desobstrucción” llegamos hasta Bustablado con víveres, energías y armas necesarias para enfrentarnos durante todo el día a la tierra y la roca…
Nos cambiamos y bajamos hasta la pared, allí comenzamos a instalar unas poleas para sacar los cubos llenos. Así que comenzamos a trabajar. Las piedras y la tierra rodaban hacia el sumidero cuando llegó Antonio y José (Bustablado). Aquí los trabajos se aceleraron, y se hacían menos cansinos con los turnos. Eran las 3:30 de la tarde y nos pusimos a comer unas buenas alubias, queso, salchichón y otros víveres… Antonio y Jose siguieron trabajando de mientras. Por allí se pasó Iván con su hermano y sus perros a ojear los trabajos realizados, pero no vino con ropa de trabajo. Al rato llegaba Fonso que desbordaba energía, indicativo de que había tenido un día “duro” de trabajo… Y se puso a cavar, al poco rato salieron unos juramentos del agujero, cuando me acerqué, salía Fonso casi volando y tocándose las piernas, se pensó que se había mojado… Al mirar abajo, dos bloques no nos dejaban continuar, y tuvimos que agrandar la entrada para tener mejor maniobra y evitar que lo que se desprendía, nos tapase el trabajo que íbamos realizando. Antonio, con aspecto desmoralizado se marchó. Y allí quedamos José (Bustablado), Fonso, Logan, Gorka y yo, sacando tierra y tierra y más tierra, y cavando y picando y entre medias yo comía.
Al fin llegamos hasta los dos bloques, uno no era demasiado grande, pero el otro bloque debía pesar unos alrededor de los 200 kilos, encajado y en un túnel de 4 metros casi vertical… El primero le sacamos atándole un cordel y tirando, para la segunda tuvimos que taladrarle un par parabolt y montar un polipasto para sacarla, las poleas dejaban mucho que desear, pero al fin, entre Fonso y yo, conseguimos subirla hasta dejarla en el aire, desde un lateral, la atamos al mosquetón y mientras soltábamos cuerda, Logan, Gorka y Jose la desplazaban posándola fuera de la excavación. Intentamos desplazarla para tirarla cuesta abajo, (lo cual se había convertido en deporte oficial, y a pesar de lo que parece, es muy divertido, ¡estáis invitados a probarlo!), pero pesaba demasiado y nosotros estábamos cansados. Ya era de noche, y desinstalamos todo el tinglado, recogimos y fuimos marchando hacia el “Bar romano”, donde tomamos unos refrigerios y comimos una tabla de queso y chorizo por cortesía de la casa.
Los duros trabajos continúan, persiguiendo en todo momento el soplo que nos guía, de nuevo, a exploración de la “Torca Urbío”. Según parece, estamos excavando en lo que fue en su día una gran boca , en la cual hubo un derrumbe y se colapsó. Desde dentro, según lo que recordamos Fonso y yo (los que conocemos esa zona), esta descripción puede llevar a dos zonas de la galería pirelli, una al sector pájara, y otro a mitad de pirelli, en principio todo indica que nos llevará a la pájara, dándonos un acceso muy bueno y en principio, más cómodo.
Comienza la cuenta atrás…

10 diciembre 2010

Bustablado 8 de diciembre de 2010. "Crisis de la Basura... Entraremos allí así nos cueste." (Antonio, cronista)

Un día azaroso, lunes del gran puente resquebrajado, nos condujo a Bustablado. Pelos me enseño el Sumidero 1 que traga aguas fecales y sopla aire frío. Todo construido a base de grandes bloques, esta claro que una desobstrucción seria nos llevaría a la parte activa de Urbió y de allí a la parte fósil. Trabajo duro y húmedo, y entrada mojada. Un poco por variar subimos por la base de la pared hacia Torca Urbió. Pelos localizo una zona con un soplo y, cotejando con la topo, claramente relacionada con la Galería de la Pájara. Un poco más arriba, cruzando tojos y zarzas, volvimos a la boca de la torca donde una densa masa de basura pesada -lavadoras, sofás, frigoríficos, colchones y objetos desechados de diferentes procedencias- gravitaba amenazadoramente sobre cualquiera que intentase bajar el pozo. Razón de más para buscar una entrada alternativa. Luego nos fuimos a comer-comer.
El miércoles ocho, último día de locura colectiva generalizada, Pelos y yo nos volvimos a reunir en la idea de desobstruir. Paramos a tomar café en la Shell y aparcamos junto a Urbió. Junto a la torca, como si hubiera estado esperándonos, encontramos al paisano José que se vino con nosotros totalmente ilusionado a echar una mano. A la postre más bien fue que nosotros le echamos una mano a él. Bregamos un rato con dos azadas y una pata de cabra de reducidas dimensiones. Partimos el palo de la azadilla y nos deslomamos como cosacos pero, era evidente, avanzábamos poco. José, que es albañil, a la vista de la ineficacia de las herramientas, bajo a por algunas cosas. Trajo un pico, una pala y una buena pata de cabra. De esta guisa la cosa se acelero. Salieron algunos bloques mastandónticos que lanzamos con estruendo por la pendiente hacia el sumidero. Le cogimos la gracia a hacerlos rodar, cuanto más abajo más divertido. También salió de entre los bloques un caracol troglobio. Cavamos con ahínco hasta que la cosa se puso demasiado estrecha para picar y sacarlo con la pala. Hacia falta un cuezo. Buena excusa para tomarse un respiro. Mientras José bajaba a su casa a comer nosotros hicimos lo que correspondía. Empanadillas, fabada, cervezas y luego postres.
La vuelta de José nos sorprendió en plena faena. A pesar de la falta de cuezo habíamos avanzado bastante. Durante la tarde y hasta el anochecer trabajamos febrilmente. Primero conseguimos pasar una primera panza y vislumbrar a la derecha un ensanche y un laminador. El soplo se hacía muy evidente en algunos momentos. Para pasar con seguridad tuvimos que derrumbar todo el talud de la derecha cosa que formo otra entrada. Finalmente paso Pelos y después de arrastrarse por un laminador un buen tramo formalizo que el soplo provenía de debajo justo de la excavación. Por lo tanto la cosa era seguir sacando piedras y tierra de la grieta principal. Después de estirar el tiempo, currando hasta casi la noche, nos fuimos por el sendero de la cornisa hasta la mies y de ahí hasta la carretera y el coche nos chupamos el txirimiri de mierda. Bebimos cerveza en el bar Romano de Bustablado, hablamos de todo y de nada, escuchamos el vocerío de los jugadores de cartas y la televisión. Y luego nos fuimos a casa.

09 diciembre 2010

Bustablado 7 de Diciembre de 2010. Sima de los filos explorada.

Martes 7 de diciembre de 2010, una mañana maja, Iván y yo nos dirigimos a Bustablado a explorar la mina adyacente a la “sima de los filos”. Antes de, paramos a tomar un café, y proseguimos la marcha. Llegamos a Bustablado, y antes de subir a la sima, quería hacer topo desde la torca al nuevo soplo para cotejarlo, pero el disto no funcionaba ¡¡¡¿’¡1’Ç?¿?’¡1!!!, (juramento en hebreo). Así que bajamos a verlo, y me quedé bien con la situación para verlo en la ortofoto.
Un rato después avanzábamos por el monte hacia la “sima de los filos”, donde llegamos a tiro hecho. Sacamos todo el material y comenzamos a instalar, teníamos que bajar un pozo de unos 6 metros y sortear hacia la derecha un pozo de agua que cubría dos caminos de mina, pero un tercero nos dejaba continuar, al llegar avanzamos unos metros y encontramos otro pozo, a la derecha y de frente parecía galería de cueva. Tras instalar Iván, comenzamos a bajar a una sala con coladas blancas, y una gran estalagmita blanca en mitad, también había una botella de cristal, y esto me recordó algo que comentó Luis. Tras ver una ventana en el suelo y la rampa, ya era evidente, pinchamos con la “sima de los filos” donde vimos la cuerda que dejamos instalada desde la otra entrada. Decidimos explorarlo a fondo, nos movimos como ratones sin encontrar nada interesante, todos los recovecos conectaban de nuevo entre sí, hubo uno de los huecos que me dejó entrar, pero no salir, y tuve que ponerme a picar para poder escapar de aquel zulo. El movimiento de aire estaba presente, salía de “pozo de los filos” y se filtraba por unas grietas impenetrables tras pasar por la estrechez.
Más tarde decidimos comer, ante mi sorpresa, se me había olvidado la comida en el coche ¡¡¡¡¡?¡34”·%$%%&%&/!!!!! (de nuevo, juramento en hebreo, para más contundente). Tras comer unas barritas, zumo, chocolate… que amablemente me cedió Iván, decidimos regresar a la superficie, dejando pendiente topografiar y desinstalar la cuerda de la otra entrada. Al salir, era todavía pronto, y decidimos dar un paseo por las dolinas cercanas, donde Iván encontró un agujero con un pozo de unos 15 metros que habrá que mirar.
Empezaba a hacerse de noche, y regresamos al coche. Al llegar lo primero que hice fue comer y comer, después fuimos al “Bar Romano” a tomar unos refrigerios con los lugareños.
Seguimos descartando cosas en los alrededores de Urbío…

Bustablado 6 de Diciembre de 2010. ¿Curiosa casualidad?

Lunes 6 de Diciembre, amanece una mañana un tanto lluviosa inexplicable en Cantabria… Antonio y yo nos dirigimos con las esperanza de poder escalar en pechón, según vamos avanzando deja de llover y empieza a ponerse un día majo, al llegar a pechón, el sol deslumbra nuestros ojos acostumbrados a la oscuridad de los días lluviosos pero rápidamente se “aclimatan”. Al llegar a la pared, nos encontramos las vías un tanto mojadas, y un grupo de vertical echando el camino abajo, por lo visto costas considera peligroso ese camino que bordea el acantilado y que hace de base a las vías de escalada… Según comentan, sí era peligroso. Así que tras un rato de charla, decidimos regresar a nuestras vidas, pero antes convencí a Antonio para echar un vistazo en Bustablado y enseñarle el panorama. Aparcamos el coche en las parrillas, donde ahora habitaba una hermosa farola por cortesía del alcalde de Bustablado, que iluminará a partir de ahora nuestras parrilladas nocturnas en días de exploración. Nos bajamos del coche y fuimos al “sumidero 1”, donde soplaba aire y el agua se escuchaba algo más fuerte de lo común. Esta sería otra posibilidad de conectar de nuevo con el sistema Urbío. Después nos dirigimos a la torca, y decidimos subir bordeando el paredón, mientras me dediqué a mirar cualquier resquicio, y ante mi asombro, una grieta me agitó el pelo (el de las cejas y pestañas), llamé a Antonio, y corroboró lo que era un soplo y no mi cebada por encontrar algo. Según lo que recordaba, esto estaba muy cerca de la galería de “la pájara”, donde el aire se movía hacia arriba. Después subimos hasta la torca, la cual seguía amenazante con sus lavadoras, motos, frigoríficos y otros instrumentos de guerra…
Después paramos en el “Bar romano” a echar unos refrigerios, y acabamos de comilona en “Casar de Periedo”… que tripada por dios…
Un día extrañamente productivo, ya se verá si sale algo de todo esto…

Bustablado 5 de diciembre de 2010. Mi gozo en un pozo...

La noche del sábado nos lleva a casa, y amanece un domingo 5 de Diciembre lluvioso y frio, recogí a Hemingway, y más tarde recogimos a Sergio y nos dirigimos a Bustablado a prospectar una zona en la que hay una mina cerca del sistema Urbío que ya nos indicó Antonio (Bustablado), los rastrojos han retrocedido con el frío y no hay garrapatas, lo cual hace que prospectar sea mucho más agradable. Yo iba con bastantes esperanzas de encontrar algún pozo que nos acercara a la exploración. Comenzamos a caminar con los trastos, esta vez daba gusto caminar entre la maleza, aunque nos inquietaban los cazadores que había en los alrededores pegando tiros… Tras diez minutos llegábamos a una dolina seria, y vimos el camino minero y al fondo divisamos la mina, lo cual me motivó bastante. Saqué el carburero y el carburo y me puse a montar el tinglado, tras un rato la luz del carburo iluminaba las paredes de la mina, que a pocos metros nos dejaba ver una buena chimenea un pozo en la misma línea colmatado de piedras que en su día tiraron los mineros, continuamos unos metros y la mina se cerraba, “mi gozo en un pozo”, con la misma, nos dimos la vuelta y empezamos a mirar los alrededores muy por encima.
Tras un rato, aparqué la mochila y comencé a patear hacia arriba, dirección a la “sima de los filos”, donde un mes atrás habíamos estado Manu, Luis, y yo explorándola, y encontrando un pozo de unos 60 metros tras bajar varios destrepes y un par de pozos de 10 metros. Al rato llegaba a la boca y detrás llegaban Hemingway y Sergio, al menos hoy habíamos conseguido llegar aquí arriba andando desde Bustablado sin necesidad de una pateada desde duña por las pistas (pensaba yo para mí). Al llegar el día lluvioso apenas nos había mandado unas gotas de aviso, y nos dejó un paisaje bastante chulo, en todas las dolinas había nieve, se veía el mar y picos y asón nevados… Una vez arriba decidimos ir bajando, ya que Sergio tenía comida, así que de la que bajamos miramos un par de dolinas, pero nos dedicamos más a darnos bolazos de nieve. Al llegar al coche paramos como de costumbre en el “Bar Romano” donde informábamos de lo que habíamos estado haciendo a los residentes.
Torca Urbío se nos resiste, pero no por mucho tiempo…