Sí, hacía ya tiempo que no publicábamos crónicas, y no por desgana ni mucho menos, sino porque todos los trabajos a realizar han superado a nuestros efectivos, y hemos prescindido de lo prescindible para dar importancia a los demás trabajos.
El 2012 ha sido un año de trabajos de mucho compromiso, idas y venidas de manos vacías y otras llenas... de barro, trabajos necesarios para continuar con un objetivo aunque no siempre agradables, y otros que entrañaban nuevos retos para nosotros y la superación de esos retos ha supuesto una mejora en la calidad de exploración y la efectividad de los trabajos.
Ay... la exploración, como muchos de vosotros ya sabréis, no es fácil expresar lo que uno siente cuando esas duras expediciones de exploración son recompensadas con aquello que anhelas, como aquel pirata que después de las batallas se hace con el cofre del tesoro, o como cuando un alpinista corona y vuelve salvo al campamento base. La exploración va aun más allá, ya que el cofre del tesoro no ha sido nunca visto, ni se sabe que puede contener, el pirata sabía lo que encontraría en el cofre, pero, ¿y si el pirata tendría que luchar por un cofre que posiblemente estaría vacío, lucharía?
Ahí es donde nace el espíritu del explorador, en un sueño, quién se iba a meter por ahí no existiera el espíritu soñador, cuantas veces hemos dicho "si nos pagan, no lo hacemos", pues bien, sabemos que existe y soñamos con ello.
Dentro del sueño está su realidad, y es la que valoramos por encima de todo, el submundo, una forma de vida olvidada, y digo olvidada porque no prestamos atención a las cosas que no percibimos cambiar, los árboles cambian, los "praos", las personas, el hierro, los libros pero, pocos aprecian la vida del submundo, aquello que vemos en un momento dado de su existencia y jamás seremos capaces de percibir sus cambios, y de forma muy alejada entendemos su vida.
La espeleología te acerca a estos sentimientos, y la exploración te sumerge en ellos, esos caminos multiformes abiertos con cuidado, detalle y paciencia inconcebibles por el ser humano, su "vegetación" enrevesada, frágil, a veces brillante y otras apagada, y todas sus salas de grandes bloques y sus gateras laberínticas y estrechas, todo ello por siempre durmiente hasta... la llegada de tus sentidos, entonces todo despierta después de millones de años, se abre la luz de lo impoluto y bello del submundo, y tú te encuentras ahí, de pupilas dilatadas y ese sentimiento sí, ese que trataba de expresar a principio del texto... Os dije que no era fácil, y no estoy seguro de haberme acercado a todos los aspectos, aun así comenzaré a narrar la exploración del 1 de febrero de 2013 en el "Sistema de Udías".
Llevábamos ya un par de meses o tres planeando quedarnos en el vivac para atacar unas ventanas muy interesantes que habíamos localizado, ese era nuestro principal trabajo, y lo veíamos como un descanso o recompensa a todas las salidas realizadas anteriormente, solo habría que realizar algunas escaladas y accederíamos a unas galerías nuevas con formaciones, ¿que bonito verdad?
Entramos el viernes y comenzamos a hacer topografía que quedaba pendiente de otras veces, observamos que el nivel del agua había subido en algún momento dado por encima de el último tramo de la instalación de esta zona de acceso, así que había que tener ya en mente que si subía mucho el nivel del agua (lo cual era probable porque daban lluvias de las de verdad), habría que realizar la salida por el otro camino, más largo, pero el seguro.
Antes de ponernos a topografiar miramos la posibilidad de ir por otro camino dirección al vivac ahorrándonos una media hora y con apenas subidas o bajadas, así que hicimos la topo por este camino, así fuimos hasta llegar al pozo de bajada a la zona donde íbamos a explorar al día siguiente. El pozo es un pasote, ya que sale del techo de una sala grande por un agujero de apenas 1,5x1,5 y nada más anclarte, quedas colgado en el aire viendo toda la sala desde arriba. Bajamos y fuimos directos al vivac. Al llegar organizamos un poco las zonas para dormir, y comenzamos a picar cosas mientras esperábamos a Luis y Sergio que entraban más tarde. Fonso había traído comida como para una semana, lo que más me gustó fueron las palmeritas de chocolate (dos paquetes...), en realidad habíamos llevado demasiada comida, con la que había ya en el vivac nos hubiera bastado. Nos pusimos a pensar en verde y Fonso comenzó con el club de la comedia habitual explicándonos cómo aprendió a silbar debajo de una manta, yo lo contaría pero no tengo gracia, tíos, pero el Fonso... te partes el culo!
Entre unos maizitos y alguna cosilla más llegaron Luis y Sergio, y aquello empezó al caldearse, se hacían carantoñas y se decían cosas bonitas, a todo esto Manu un poco celosuco empezó a preparar la cena, cenamos como gorrinos, al menos yo, un tanque de espaguetis a la boloñesa y cosas que piqué por ahí.
Aquí la única foto, ya que Sergio llevó la cámara sin batería!
Después Luis sacó un poco de anticongelate que estaba delicioso, y tras otro rato de pensar en verde, un poco más del club de la comedia de Fonso y algunas carantoñas más, nos fuimos a dormir.
Clock, clock,clock, así toda la noche. Antes de dormir, Manu fue a poner una botella en un gotero a unos 30 metros del vivac, pero en vez de entrar dentro debía pegar la gota en un lateral, y clock, clock, y después Sergio jjjjjj, jjjjjj, cuando conseguí dormirme no me desperté hasta por la mañana.
Nos levantamos todos a eso de las 9:15 menos Manu, desayunamos sobaos (habíamos llevado un paquete de 36, surrealista comí sobaos con café hasta llenarme. Cuando todos ya habíamos acabado, Manu sacó las manos del saco, agarró un sobao grande se le comió y siguió durmiendo. Organizamos los trabajos, Sergio, Fonso y yo a hacer las escaladas, Manu y Luis a topografiar. Mientras organizábamos el material Manu se levantó perezoso, cogimos todo lo necesario y fuimos directos a la primera de las ventanas, solo era una trepada, subimos Sergio y yo y ojeamos el tema, encontramos formaciones varias, calcita y aragonito, coladas y otros, pero no continuaba, parecía una sala desfondada, al otro lado parecía haber continuación, volvimos donde Fonso que nos pasó por una cuerda el material necesario, y realizamos un pasamanos naturales asegurándome Sergio y después asegurándole yo, en poco estábamos al otro lado, donde encontramos más formaciones pero no continuación. Así que con la misma volvimos a bajar con apenas 60 metros de galería. Observamos otras dos ventanas desde un montículo de la sala, con no mala pinta, aunque con una escalada bastante exigente, y decidimos meternos con la ventana más grande de la sala. Barajamos las posibilidades de atacarla y nos pusimos a ello, Sergio me aseguraba, y Fonso se encargaba de la linea de comunicación por si me hacía falta cualquier cosa, salí de un techo para meterme en una placa algo desplomada de roca madre y avancé al lado de un diedro que ganas me entraron de equiparle para deportiva! sin ningún problema durante 15 metros, la roca era excelente y plana como si a cuchillo la hubieran cortado, allá abajo no paraban de rajar, pero no hablaban conmigo si no les preguntaba, y veía a Luis y Manu como hormiguitas haciendo topo a lo lejos. Ya tenía lo que parecía el final de la pared a unos 10 metros así que monté reunión y subió Sergio recogiendo el material, y comencé con el tramo final, pero empezaron las complicaciones, nada más llegar al borde todo era barro y rocas sueltas y me hacía falta al menos un anclaje más para poder salir de la pared, Sergio estaba protegido por el desplome, así que comencé a tirar barro y piedras buscando un sitio donde poder meter algo, me costó un triunfo encontrar donde meter el anclaje de salida, y aun así no parecía ser hi-quality, pero me valía para agarrarme y salir, tuve que avanzar con cuidado hasta llegar a la pared, pero ya estaba hecho, en total 35 metros, había buenas vistas desde ahí. En este último tramo decidimos utilizar solo una cuerda para asegurar porque en principio no habría quiebros, pero los hubo, y la cuerda se trabó, pero tenía la de comunicación, así que monté la cabecera para seguir otro día, miré hacia arriba y había una rampa ascendente y lo más probable era que hiciera falta otra escalada de apenas 10 metros más para alcanzar lo que ahora sí, creo que divisé una galería, pero eran las 5 y como el río había subido, teníamos que salir por el camino larrrrgo, comencé a bajar y tuve que dejar varias chapas recuperables y algunos mosquetones con las prisas, otro se me calló allá abajo entre los bloques con un retal de cuerda, encontré la cuerda pero no el mosquetón, las prisas no son buenas.
Al llegar abajo Fonso y Luis parecían preocupados porque habían quedado y pensaban que íbamos a salir muy tarde.
Manu y Luis ya habían instalado la cuerda necesaria del otro camino, así que fuimos al vivac a recoger las cosas que nos llevábamos, hicimos el inventario de lo que se quedaba y comenzamos la marcha. Al final pudimos tomar, del camino largo el tramo más corto cruzando el río, que solo cubría por las rodillas, pero teníais que vernos, como si cruzáramos el Saja en crecida, todos de la manita partiéndonos el culo de Manu que por alguna razón se había quedado en mitad del río jajaj para verlo.
El otro tramo era más largo pero no tocabas el río.
Así seguimos hasta la calle sin parar, el Fonso no se qué se había tomado pero nos llevaba a todos a piñón fijo. Al salir a la calle, tal era el calentón que llevábamos que no parecía hacer frío, hasta que vimos que había algunos restos de granizo en los márgenes de la carretera. Al menos nos respetó el tiempo hasta el coche. Llegamos a las 20:30 al coche, y a las 21:00 estábamos tomando un kalimotxo en el bar de Chema con unas tapitas calientes que sacó, no tuvo ni que lavar los platos. Como ratones alrededor de la lumbre echamos unas risas y cada mochuelo se fue a su olivo.
Muy buena crónica Pelos, al leerla no se por que me han entrado ganas de hacer espeleo, Saludos.
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