SIMA EL ARROYO 13-IV-2017
Una mañana
primaveral aparcamos, salteadamente (Pelos,Josean y yo),en la pista
adyacente a las simas del Porracolina.
Andaba uno
espeso, cuando un duendecillo me desperezó. Revisamos
convenientemente el material y como operarias hormiguitas, lo
cargamos hasta uno de los hormigueros en los que estamos faenando.
Me tomé con
calma el descenso de pozos y estrechos meandros que van comunicando
los mismos, por el camino vas apreciando la dura labor que han
llevado estas comunicaciones. Mis avezados compañeros ya estaban
operativos, cuando llegué a sus cuatrocientos metros.
La labor
consistía en ampliar una fina diaclasa, su constante corriente de
aire nos induce a tener que prestarla atención. Tras varias horas
de aporreos y desplazamiento de piedras, accedemos a poder atisbar la
continuación de ese tramo. Encontrándonos con una larga gatera
encharcada, tan estrecha que se nos hace inviable continuar con
nuestros medios.
Decidimos subir
todos los bártulos unos cien metros más arriba, Pelos fue
desinstalando. Ahí tenemos pendientes algunas incógnitas.
Se me hizo
cansino el ascenso de lo descubierto en esta sima hasta ahora. Las
exploraciones con grandes verticales no son precisamente de mi
agrado, muchas horas colgadas de una cuerda. Es la constancia uno de
los valores que nos hace conseguir nuestros fines. No la debemos
olvidar.
Al salir podíamos
presenciar, por encima de San Roque de Rio Miera, el humo resultante
de la quema sistemática del monte. Acción a la que nos tienen
acostumbrados algunos lugareños.
Manu.
https://www.youtube.com/watch?v=D717vYN1aw8&feature=youtu.be
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