26 abril 2017

SIMA EL ARROYO                                                                                      13-IV-2017

Una mañana primaveral aparcamos, salteadamente (Pelos,Josean y yo),en la pista adyacente a las simas del Porracolina.

Andaba uno espeso, cuando un duendecillo me desperezó. Revisamos convenientemente el material y como operarias hormiguitas, lo cargamos hasta uno de los hormigueros en los que estamos faenando.
Me tomé con calma el descenso de pozos y estrechos meandros que van comunicando los mismos, por el camino vas apreciando la dura labor que han llevado estas comunicaciones. Mis avezados compañeros ya estaban operativos, cuando llegué a sus cuatrocientos metros.
La labor consistía en ampliar una fina diaclasa, su constante corriente de aire nos induce a tener que prestarla atención. Tras varias horas de aporreos y desplazamiento de piedras, accedemos a poder atisbar la continuación de ese tramo. Encontrándonos con una larga gatera encharcada, tan estrecha que se nos hace inviable continuar con nuestros medios.

Decidimos subir todos los bártulos unos cien metros más arriba, Pelos fue desinstalando. Ahí tenemos pendientes algunas incógnitas.
Se me hizo cansino el ascenso de lo descubierto en esta sima hasta ahora. Las exploraciones con grandes verticales no son precisamente de mi agrado, muchas horas colgadas de una cuerda. Es la constancia uno de los valores que nos hace conseguir nuestros fines. No la debemos olvidar.


Al salir podíamos presenciar, por encima de San Roque de Rio Miera, el humo resultante de la quema sistemática del monte. Acción a la que nos tienen acostumbrados algunos lugareños.


Manu.

https://www.youtube.com/watch?v=D717vYN1aw8&feature=youtu.be



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